Hace algunos meses, en el partido de fútbol de la Eurocopa que disputaban Finlandia y Dinamarca, el jugador Christian Eriksen se desplomó en el césped como consecuencia de un paro cardiaco. La presencia de un desfibrilador, al lado del personal calificado para utilizarlo, hacen que Eriksen esté hoy a las puertas de volver a entrenar y competir para su selección.
El tiempo de atención es un factor clave para la supervivencia del paciente que presenta un paro cardiaco súbito. Según la American Heart Association, sobreviven nueve de cada diez víctimas que reciben una descarga de un desfibrilador en el primer minuto de ocurrido el evento. A este tema se refiere nuestro consultor Carlos Barquero, en un blog titulado Una mano en el corazón.