¿Qué es ergonomía?
Es la disciplina que busca adaptar de manera integral el lugar de trabajo a la persona trabajadora. Por esa razón, la ergonomía considera las características físicas de la persona, el mobiliario o equipo de trabajo y el ambiente laboral.
Los principales riesgos ergonómicos se presentan en los ambientes laborales debido a:
- Sobreesfuerzos
- Movimientos repetitivos
- Posturas inadecuadas
- Manipulación manual de cargas
Según las estadísticas de salud ocupacional más recientes, publicadas por el Consejo de Salud Ocupacional en el 2019, 2208 accidentes laborales ocurrieron debido a sobresfuerzos en los ambientes de trabajo. Por esto cada día es más necesario contar con evaluaciones ergonómicas que permitan identificar y controlar los factores de riesgo que pueden afectar a los trabajadores.
Seis pasos para realizar las evaluaciones ergonómicas
1. Identifique el puesto de trabajo que desea evaluar. No es lo mismo evaluar el riesgo ergonómico en un puesto de oficina que en una persona que asiste a pacientes en un centro médico. Este paso es fundamental. Identifique el puesto que desea evaluar y considere todas las variables que lo involucran. Algunas preguntas que puede hacerse al respecto son: ¿Qué tareas rutinarias y no rutinarias realiza la persona en el puesto de trabajo? ¿Cuáles equipos utiliza? ¿Existe interacción con otros trabajadores en ese puesto?
No olvide considerar dentro de sus evaluaciones ergonómicas a aquellos puestos que están en teletrabajo o realizando trabajo remoto, como el personal repartidor o aquel que visita a los clientes.
2. Familiarícese con las tareas que se realizan en cada puesto. Después considere las interacciones de las personas trabajadoras en el ambiente laboral. Algunas interacciones que se pueden evaluar son: partes del cuerpo más utilizadas (miembros superiores o inferiores), frecuencia del movimiento (continuo, intermitente), patrones (se trabaja por lotes o por una secuencia), características de las cargas (pesadas, difíciles de sujetar) entre muchas otras.
3. Identifique una metodología reconocida para evaluar el puesto de trabajo. Existen metodologías validadas internacionalmente que le ayudarán a evaluar el riesgo ergonómico. Busque la que se adapte de mejor forma a aquello que desea analizar.
Puestos de trabajo de oficina pueden evaluarse con metodologías como Computer Workstations eTool de OHSA o Seating at Work del HSE, o bien revisando algunos de los componentes del mobiliario usando un estándar de referencia como la norma INTE T84:2019, en la que se definen los requisitos de sillas con ajustes para trabajos en oficina.
Aquellos puestos de manufactura que hacen que los miembros superiores tengan un mayor desgaste pueden revisarse con RULA o con ART, si implican también movimientos repetitivos. Trabajos con manejo de cargas se pueden evaluar con MAC o con la ecuación levantamiento de NIOSH. Las revisiones para puestos en tareas específicas pueden hacerse con evaluaciones como MAPO, que es una metodología de evaluación de movilización asistencial en servicios de salud.
Existen numerosas herramientas. Seleccionar la mejor es un paso clave para asegurar que se medirá lo que realmente queremos evaluar.
4. Evalúe el puesto con detenimiento. Una correcta evaluación le puede permitir tomar decisiones para puestos similares. Es fundamental utilizar medios como fotografías y videos para registrar las tareas, así como tener disponibles equipos de medición especializados como medidores de fuerza, goniómetros o antropómetros.
Estas evaluaciones deben ser realizadas por un equipo de profesionales que conozca cómo aplicar las herramientas a partir de la observación y las mediciones. Este equipo debe estar conformado, como mínimo, por un profesional en el área de salud ocupacional con conocimientos ergonómicos y por el profesional que se encarga de la supervisión del puesto de trabajo.
5. Rete los resultados. Un error común consiste en creer que la metodología de evaluación ergonómica brinda un nivel de riesgo sobre el que se toman decisiones, sin considerar cómo se llega a este nivel. Las metodologías de evaluación integran una serie de factores que se deben evaluar. Por ejemplo, con una evaluación de movimientos repetitivos como ART se puede obtener criterios de riesgo para el movimiento de brazos, la postura de la espalda, la muñeca y los brazos, y el agarre, entre otros. Se recomienda analizar cada uno de estos factores y determinar sus controles.
6. Utilice la jerarquía de control de riesgo. No olvide que para eliminar o mitigar el riesgo ergonómico debe implementar controles de infraestructura. Recuerde que debe considerar cambios en el mobiliario, o bien la incorporación de herramientas que permitan automatizar.
Los controles de gestión también son necesarios. Un Comité de Ergonomía que valide las acciones, apoye en la implementación y tenga representantes de gerencia es altamente recomendable. Además, se sugiere integrar a los profesionales en medicina en los programas de ejercicios ergonómicos o pausas activas.