Nuestra directora general, Emma Tristán, visitó una cantera en el corazón de Guanacaste, donde la tierra guarda memorias de mar y las rocas cuentan historias de hace millones de años. En este relato íntimo Emma nos lleva al cerro Panamá, cerca de Nicoya, para mostrarnos cómo un tajo de piedra caliza es también un reflejo de lo esencial y un espacio en el que se entrelazan el paisaje, la geología y los vínculos humanos. «Un edificio espontáneo» no es solo una crónica de viaje, sino también una meditación sobre el valor de lo auténtico en el mundo de lo repetible. Les invitamos a leer y comentar.